Chavela
Por Indira Carpio Olivo
Te antojaste en partir el mismo día
que la rubia de nalgas redondas, pícara.
Chavela respira en el estómago de una constrictora
jadea el deseo autoritario, prehumano
Habita el monólogo del sol, una riada de fuego
de la que sirve la última copa que nos traga
Ella, prefiere nadar en el magma a volar dentro del mar
lleva las alas apaleadas y bajo la izquierda una botellita El Cuervo
La conversa bola de fuego frente al espejo la hace llagarse
y la evita, la invita a ventear las cenizas
¿Quién te amanece cantinera, mensajera de lo oscuro, paloma negra?
El lucero le regala la voz, la furia a su garganta de hojilla, el lucero
ella, corta inconciente a cuanto guiñol tropieza
Sus mechas de plata son agujas robadas al reloj del tiempo
son espinas hendidas en la cabeza
para que no duelan tanto los diafragmas que riñen con la luz
Chavela abre la boca y abre el corazón
Quebrada, disfruta un trago de su sangre
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Por Indira Carpio Olivo
Te antojaste en partir el mismo día
que la rubia de nalgas redondas, pícara.
Chavela respira en el estómago de una constrictora
jadea el deseo autoritario, prehumano
Habita el monólogo del sol, una riada de fuego
de la que sirve la última copa que nos traga
Ella, prefiere nadar en el magma a volar dentro del mar
lleva las alas apaleadas y bajo la izquierda una botellita El Cuervo
La conversa bola de fuego frente al espejo la hace llagarse
y la evita, la invita a ventear las cenizas
¿Quién te amanece cantinera, mensajera de lo oscuro, paloma negra?
El lucero le regala la voz, la furia a su garganta de hojilla, el lucero
ella, corta inconciente a cuanto guiñol tropieza
Sus mechas de plata son agujas robadas al reloj del tiempo
son espinas hendidas en la cabeza
para que no duelan tanto los diafragmas que riñen con la luz
Chavela abre la boca y abre el corazón
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